Ray Bradbury fue un novelista y cuentista estadounidense
conocido principalmente por sus libros de ciencia ficción. Alcanzó la fama con
la recopilación de sus mejores relatos en el volumen Crónicas marcianas (1950)
y comenzó su ascendente fama literaria. En sus páginas, que relatan los
intentos de los terrestres por colonizar el planeta Marte, se reflejan las
angustias y ansiedades que existían en la sociedad norteamericana de la década
de los cincuenta, ante el peligro de una guerra nuclear, la caída de su civilización, abarcando un
período comprendido entre 1999 y 2026. Los marcianos poseen notables poderes
telepáticos, lo que causa graves contratiempos a las tres primeras
expediciones. La cuarta aporta al planeta la varicela, que contagia a los
indígenas y acaba con su resistencia.
Se trata de narraciones que podrían calificarse de poéticas
más que de científicas, en las que lleva a cabo una crítica de la sociedad y la
cultura actual, amenazadas por un futuro tecnocratizado.
En 1951 publicó uno
de sus libros mayores, El hombre
ilustrado, compuesto por varios relatos de naturaleza fantástica, y dos
años más tarde otro de los más representativos, su primera novela Fahrenheit
451 (título que alude a la temperatura en que libros empiezan a arder) ,
que obtuvo también un éxito importante y fue llevada al cine por François
Truffaut.
Fahrenheit 451 narra la historia de una ciudad del
futuro dominada por los medios audiovisuales, en la que se acosa el
individualismo, están prohibidos los libros, y los bomberos, brazos ejecutores
de un Estado totalitario, son los encargados de quemarlos. Al margen de la
sociedad, un grupo de hombres recluidos en los bosques decide memorizar textos
enteros de filosofía y literatura para preservar la cultura. “El
poder de los medios de comunicación y el excesivo conformismo que domina la
sociedad”. Esta fábula moralizante ha sido considerada como una gran
obra antiutópica y acaso premonitoria.
Bradbury advierte de los peligros y las amenazas que
incumben a una sociedad enteramente automatizada, olvidada de los valores
tradicionales de la cultura, y próxima al exterminio atómico. Consigue climas
sardónicamente alucinantes en cuentos como “There will come soft rains” (1950),
donde una casa robotizada prosigue realizando los movimientos programados, en
un mundo carente ya de vida, hasta su postrer quema liberadora, o en “The
Veldt” (1950), donde otra casa automatizada, casi dotada de vida propia,
masacra, con la complicidad de los niños, a los padres de éstos.
Pero Bradbury no sólo cultivó la ciencia ficción y la
literatura de corte fantástico, sino que escribió también libros realistas e
incluso incursionó en el relato policial. Su prosa se caracteriza por la
universalidad, como si no le importara tanto perfeccionar un género como
escribir acerca de la condición humana y su temática, a través de un estilo
poético.
(22 de Agosto de 1920- 6 de Junio de 2012)
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